La indigna muerte de Mexicana.

 

Va también para tres años en estado de coma.

Gustavo Cerati cumplió tres años en estado de coma y la realidad es que no ha cambiado el pronóstico sobre la condición de este genial músico argentino.

Su caso es popular, por tratarse precisamente de un genio del que se extraña su voz y su creatividad, pero son muchos los casos de cuerpos inertes que tienen una vida latente que no puede regresar de ese estado de inconciencia total.

Pero dejar de luchar por una vida, aun contra los pronósticos médicos, es un tema muy complejo.

La eutanasia es todo un tema legal, moral y ético que no encuentra una salida simple. La voluntad anticipada de quien decide no prolongar la agonía de una enfermedad terminal es una realidad legal en lugares como la capital del país.

Pero todo ese cuidado que tiene que existir en torno de la figura de la vida humana tiene que eliminarse y cambiarse por un enorme pragmatismo al momento de hablar de la vida empresarial.

Mexicana de Aviación va también para tres años en estado de coma. Pero a diferencia de la conciencia total de un humano en ese estado, aquí se trata de una relación entre activos y pasivos.

Esta empresa era necesaria, la marca bien acreditada, los empleados altamente comprometidos. Pero el mercado era inestable y los empresarios fueron irresponsables.

Así como una persona que fuma, toma en exceso y llena sus arterias de grasa es la única responsable de las enfermedades que seguramente contraerá, así una empresa es la única garante de su salud financiera. Salvo en el caso de sectores estratégicos, como el del transporte aéreo, donde la autoridad, el doctor, es corresponsable del deterioro.

El valor de la marca era muy alto al momento de entrar en coma. La marca Mexicana era en agosto del 2010 un referente tan valioso como Aeroméxico. Pero hoy ya no es así.

Hoy empresas como Volaris o Interjet han ganado un nombre y un posicionamiento con su digna competencia en el mercado.

Aeroméxico, a veces abusando de su posición dominante, ha incrementado el valor de su marca. Hoy nadie necesita ya a Mexicana de Aviación. Lo que no significa que no haga falta más competencia en ese sector.

Ya deberá el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial analizar y ojalá compartir su análisis del papel del primer juez que llevó el Concurso Mercantil de Mexicana, Felipe Consuelo Soto.

Las evidencias hablan de un juez que simpatizó con una de las partes y se convirtió en un alimentador del respirador artificial de la empresa que ya presentaba muerte financiera. Lo que hizo fue prolongar innecesariamente el Concurso Mercantil en detrimento de los que tanto quiso proteger.

El juez fue removido justo a los dos años de la quiebra y la nueva responsable del Concurso Mercantil está a punto de llegar a la determinación que está clara desde que se sumaron los pasivos y se compararon con los activos de esa empresa: Mexicana quebró irremediablemente. Mantenerla con vida artificial fue algo muy indigno para todos.

Fuente: http://eleconomista.com.mx/

 

 

 

 

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